Un total de 49 hijas del bosque Mbaracayú se recibieron de Bachiller Técnico en Ciencias Ambientales

En el Centro Educativo Mbaracayú (CEM), del Departamento de Canindeyú, 49 chicas adolescentes provenientes, principalmente de zonas rurales aledañas a la reserva Mbaracayú, del departamento de Canindeyú, también de San Pedro, Caazapá, Alto Paraná, y del departamento Central, se graduaron como Bachiller Técnico en Ciencias Ambientales.

 

El acto de graduación tuvo lugar en el Centro Educativo Mbaracayú, de la Fundación Moisés Bertoni, ubicado en la Reserva Nacional del Bosque Mbaracayú, en el Departamento de Canindeyú, y que cuenta con 65.000 hectáreas. Las 49 señoritas, autodenominadas hijas del bosque, estudiaron con el modelo educativo autosostenible y la metodología “Aprender haciendo, vendiendo y ganando”, de la Fundación Paraguaya. Además de recibir el título de Bachiller Técnico en Ciencias Ambientales, manejan el hotel “Mbaracayú Lodge”, que ofrece una atención de primer nivel.

 

La mejor egresada de la promoción 2021, Samira Ocampos Rotela, en su discurso de despedida instó a las egresadas a abrazar el liderazgo en todos los aspectos de sus vidas. “Compañeras, proyectémonos como líderes, como dueñas, no como lideradas. Es hora de romper el amor hacia las cadenas, porque somo ganadoras, no de lo que finaliza, sino de los retos que empiezan. Esta fue nuestra etapa de entrenamiento, ahora nos toca agarrar la azada y empezar a limpiar nuestro camino hacia el éxito”, dijo.

 

Yan Esperanza, director ejecutivo de la Fundación Moisés Bertoni, reflexionó sobre las palabras orgullo y mérito. “La palabra orgullo significa sentimiento grande de satisfacción por algo propio o muy cercano que se considera meritorio. El mérito es algo que necesitamos de nuestra sociedad. Lo que estas chicas están logran hoy, después de tres años, está basado en el mérito de cada una, por lo que estamos profundamente orgullosos”, destacó.

 

Esperanza

El director ejecutivo de la Fundación Paraguaya, Dr. Martín Burt, también fue invitado a brindar unas palabras como uno de los fundadores de la Reserva del Mbaracayú y del Centro Educativo Mbaracayú para señoritas.

 

El Dr. Martín Burt, en la ocasión, instó a todos los presentes a agradecer las bendiciones que están viviendo en este momento las graduadas y sus familias, y recordó que no se debe olvidar que están en un lugar sagrado y mágico.

 

“Hace 33 años con el ingeniero Raúl Gauto, nos dijimos que hay un bosque que se va a vender y si se vende posiblemente se convierta en cultivo de soja, por ello nos dijimos: ‘¡Vamos a comprar!’. Así fue que empezamos a comprar plata por todo el mundo y nos encontramos con una fábrica de electricidad al otro lado del planeta, que producía carbón mineral y por ende mucha contaminación a la atmósfera. Así fue que la gente de esa empresa dijo: ‘Quiero mitigar y compensar el daño que le estoy haciendo al medioambiente’. Así nació la Reserva Nacional Mbaracayú, gracias al crédito de carbono, y hoy esta es la única reserva que no ha sido depredada”, refirió.

 

Añadió que esta gestión fue liderada por personas paraguayas, lo que quiere decir que sí podemos. “Cuando les digan a ustedes que en Paraguay algo no se puede, ustedes pueden responder que es mentira porque sí se puede, sí podemos. A perpetuidad, la Escuela de Mbaracayú va a seguir produciendo líderes de primerísimo nivel como estas chicas, que son garantía para el departamento de Canindeyú, de Caazapá, para toda la república, porque ellas son insobornables, por su propio mérito vinieron al bosque a formarse, las más valientes, en un lugar sagrado como son estos bosques, donde fallecieron miles de mujeres residentas”, dijo.

 

Para finalizar, el Dr. Martín Burt resaltó que el Paraguay no debe perder la esperanza. “No tenemos que perder la esperanza. Nuestro trabajo hacer una revolución pacífica en el Paraguay, necesitamos un grupo de valientes que digan: ´Yo quiero 1000 escuelas como la de Mbaracayú´; ´Yo voy a convertir todas las reservas ecológicas del Paraguay en centros de turismo para crear empleos´. Podemos lograr las dos cosas, que cada uno de nosotros florezca y que cada uno ayude a florecer al resto del Paraguay. Como dijo el Monseñor Ricardo Valenzuela en la homilía de Caacupé: ´Organicemos la esperanza´”, apuntó.